sábado, 29 de agosto de 2009

Testimonio de los antiguos clásicos en favor de la necedad.


El Humanista Erasmo de Rotterdam (1467-1536) escribe Laus stulticiae (Elogio de la necedad) entre 1508-1509, conocida luego bajo el título de Elogio de la locura. Voy a copiar su capítulo LXII titulado: "Testimonio de los antiguos clásicos en favor de la necedad: Horacio, Homero, Cicerón", que dice lo siguiente:
"En primer lugar, todo el mundo, gracias a un conocidísimo proverbio, que a falta de una cosa, conviene aparentar que se tiene. En virtud de este principio, se enseña cuerdamente a los niños esta máxima: Hacerse el tonto en la ocasión es el colmo de la sabiduría. ¡Juzgad ya vosotros mismos si la necedad será un gran bien, hasta cuando su engañosa sombra y mera imitación ha merecido de los doctos tantos encomios!
Horacio, aquel grueso y rozagante cerdo de la piara de Epicuro, se expresa todavía con franqueza, cuando aconseja que se mezcle la necedad con sabiduría, aunque añade, no con mucho acierto, que en pequeña proporción. En otra parte dice que es agradable tontear de cuando en cuando, y agrega en otro pasaje que es preferible pasar por extravagante y por menguado, que no por sabio desabrido. Ya en Homero, Telémaco, a quien el poeta ensalza en todos respectos, es apellidado algunas veces párvulo, que es con el que los trágicos suelen denominar con gusto a los niños y a los jóvenes, como cosa de buen augurio. ¿Qué relata, en resumidas cuentas, el divino poema de la Ilíada sino las pasiones de los reyes y de los pueblos necios? Por último, ¿qué elogio hay más hermoso que el de Cicerón, cuando dice que el mundo está lleno de necios, sabido, como es, que el mayor bien es el que se extiende a mayor número de personas?



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