jueves, 1 de noviembre de 2018

CONOCIMIENTO VERSUS OPINIÓN

"En los últimos siglos, el pensamiento liberal desarrolló una confianza inmensa en el individuo racional. (...) los expertos en economía conductual y los psicólogos evolutivos han demostrado que la mayoría de las decisiones humanas se basan el reacciones emocionales y atajos heurísticos más que en análisis racionales, y que mientras nuestras emociones y heurística quizá fueran adecuadas para afrontar la vida en la Edad de Piedra, resultan tristemente inadecuadas en la Edad del Silicio.
(...) Creemos que en la actualidad sabemos muchísimo más, pero como individuos en realidad sabemos muchísimo menos. (...) Esto es lo que Steven Sloman y Philip Fernbach han denominado la ilusión del conocimiento. Creemos que sabemos muchas cosas, aunque individualmente sabemos muy poco, porque tratamos el conocimiento que se halla en la mente de los demás como si fuera propio. (...) la ilusión del conocimiento tiene un aspecto negativo. El mundo está convirtiéndose cada vez más complejo, y la gente no se da cuenta de lo poco que sabe sobre lo que está ocurriendo. (...) La mayor parte de nuestras ideas están moldeadas por el pensamiento grupal y no por la racionalidad individual, y nos mantenemos firmes en estas ideas debido a la lealtad al grupo. Es probable que bombardear a la gente con hechos y mostrar su ignorancia individual resulte contraproducente. A la mayoría de las personas no les gusta demasiado los hechos y tampoco parecer estúpidos.
(...)  La comunidad científica cree en la eficacia de los hechos; de ahí que los leales a dicha comunidad continúen pensando que pueden ganar los debates públicos lanzando a diestro y siniestro los hechos adecuados, a pesar de que hay gran evidencia empírica de lo contrario. 
(...) Para poder profundizar el cualquier tema se necesita mucho tiempo, y en particular el privilegio de perder el tiempo. Es necesario experimentar con caminos improductivos, probar con callejones sin salida, dejar espacio a las dudas y al aburrimiento, y permitir que pequeñas semillas de perspicacia crezcan lentamente y florezcan. Si no podemos permitirnos perder tiempo, nunca daremos con la verdad.
(...) Si realmente queremos la verdad, es necesario escapar del agujero negro del poder y permitirnos la pérdida de mucho tiempo vagando por aquí y por allá en la periferia. El saber revolucionario rara vez llega hasta el centro, porque el centro está construido sobre un conocimiento ya existente. Los guardianes del antiguo orden suelen determinar quién consigue alcanzar los centros del poder y tienden a filtrar a los portadores de ideas no convencionales y perturbadoras. (...) Por ello debemos invertir tanto tiempo en la periferia: quizás los guardianes del antiguo orden tengan algunas ideas brillantes y revolucionarias, pero sobre todo están llenos de conjeturas infundadas, modelos desacreditados, dogmas supersticiosos y ridículas teorías conspiratorias.
(...) Y el problema no hará más que empeorar. En las décadas venideras, el mundo se volverá más complejo aún de lo que es hoy en día".
[ Yuval Noah Harari, 21 lecciones del siglo XXI, Barcelona, Debate, 2018, págs. 241-247].




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