Carlo Gesualdo, príncipe de Venosa y conde de Conza (Venosa, Basilicata, 8 de marzo de 1566-Avellino, Campania, 8 de septiembre de 1613) fue un compositor italiano, una de las figuras más significativas del Renacimiento.
El año 1586 se casó con su prima María de Ávalos, nieta de Carlo, conde de Montesarchio, y de Sveva Gesualdo. El matrimonio se celebró en Nápoles el 28 de mayo de 1586 con dispensa del papa Sixto V, en la iglesia de San Domingo Mayor, situada cerca al palacio donde habitaba la familia Gesualdo. Carlo tenía veinte años y María, veinticuatro; de su matrimonio nacería Emanuele.
Un día María conoció al duque de Andría y conde de Ruvo, Fabrizio Carafa, de quien se enamoró, a pesar de que este estaba casado con María Carafa. Ambos se sintieron incapaces de escapar a la condición de meros amantes; estaban decididos a superar todos los obstáculos para encontrarse juntos. De esta manera, debido al sentido del honor y del castigo que poseía Gesualdo, era evidente que los amantes estaban arriesgando sus vidas. Mientras los amantes seguían frecuentándose, Gesualdo, que había detectado las mentiras de su mujer, permaneció en casa, en espera del momento propicio para una venganza que ya había sido ideada y planificada por el príncipe. El 16 de octubre de 1590 el príncipe le dijo a María que, si acaso fuera a necesitarlo, está partiendo hacia la caza en el bosque de los Astroni y volvería dos días después. Era éste el broche definitivo y el punto de inicio de un plan que estaba preparado al mínimo detalle. En la noche del martes al miércoles 17 de octubre de 1590, los dos amantes fueron atrapados en flagrante adulterio en la cámara del lecho de María y fueron bárbaramente ajusticiados y descuartizados.
De la violencia homicida cometida, Carlo fue libre de responsabilidad. Las circunstancias lo justificaban desde el punto de vista del Derecho y las costumbres de la época; tanto es así que el virrey de Nápoles, Juan de Zúñiga Avellaneda y Bazán, a quien Gesualdo acudió inmediatamente para dar noticia de lo acaecido, le exhortó a irse de Nápoles no para escapar de la ley, sino para no exacerbar con su presencia el resentimiento de los familiares de los muertos. Entendiendo esto, la partida de Carlo desde Nápoles hacia su inexpugnable castillo-fortaleza de Gesualdo fue más bien un acto de cortesía y respeto que de miedo a las autoridades. El proceso se archivó un día después de su apertura:
(por orden del virrey por cuanto la notoriedad de la causa justa de la cual fue afrentado don Carlo Gesualdo, príncipe de Venosa, para castigar a su mujer y al duque de Andria).
per ordine del Viceré stante la notorietà della causa giusta dalla quale fu mosso don Carlo Gesualdo Principe di Venosa ad ammazzare sua moglie e il duca d'Andria
Las excelentes relaciones de su familia con la Iglesia hicieron que su obra no sufriera ningún tipo de censura. Sus composiciones se salen de los cánones de la época: Gesualdo no tenía que agradar a nadie, escribía para sí mismo, el resultado fue una obra original, extraña y sorprendente en el Renacimiento. Fue así de extraña por su uso constante de la disonancia y del cromatismo, algo impensable para la época que veía en su seno el inicio de una protoarmonía tonal que se desarrollaría en el barroco como, por ejemplo, con el Tratado de armonía, de Jean Phillippe Rameau (1722). Por ello, se considera que Gesualdo fue un adelantado de su época.
Su obra se vio influida por el carácter nuevo de la música de Luzzasco Luzzaschi, a quien conoció en Ferrara y a quien dedicó en 1594 su cuarto libro de madrigales.
En 1593, con la ayuda de su tío el arzobispo, contrajo matrimonio con Leonor de Este, hija del marqués Alfonso de Este pero, debido a las infidelidades del compositor, el matrimonio fracasó. Tuvo dos hijos, uno de ellos por matrimonio, y ambos murieron a muy temprana edad; la muerte del primero por asfixia fue imputada a Gesualdo, y la muerte del segundo, en 1600, lo afectó notablemente, lo que podría ser el punto de partida de la particular penitencia que se autoadministró. Consideró la muerte de sus hijos como castigo de la justicia divina, y vivió atormentado hasta sus últimos días. Para expiar sus culpas, se sometió a prácticas masoquistas que incluían escenas de flagelación con muchachos para, según su creencia, expulsar a los demonios. Después de una de estas sesiones, se encontró a Carlo Gesualdo muerto y desnudo el 8 de septiembre de 1613. Según algunas fuentes, su muerte fue voluntaria (véase suicidio), pero otras indican que podría haber sido asesinado por alguno de los jóvenes con los que se flagelaba.
El incidente del asesinato de su esposa se menciona en una escena de la película True Story (Rupert Goold, 2015, distribuida en español con el título Una historia real), en la que se escucha Se la mia morte brami, interpretada por Delitiae Musicae, bajo la conducción de Marco Longhini y distribuida por Naxos Records.
INFORMACIÓN SACADA DE: https://es.wikipedia.org/wiki/Carlo_Gesualdo
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