"El Odiseo homérico incluye en su astucia la simulación y el engaño. En el Canto XIII encontramos que incluso con la diosa Atenea se cuida de no decir toda la verdad: . Algo de lo que la diosa es consciente: . Cuando Odiseo llega a Ítaca se guarda de contar a Penélope los años que ha compartido lecho con la ninfa Calipso, y tampoco alude a su embeleso con Nausica. Es por esta razón, probablemente, por la que este capítulo se distingue, entre otros motivos, por los silencios, puesto que Bloom, el Odiseo moderno, controla la narración".
"(...) Metempsicosis, dijo él, frunciendo el ceño. Es griego: del griego. Quiere decir transmigración de las almas (...) Algunos creen, dijo, que seguimos viviendo dentro de otro cuerpo después de la muerte, que hemos vivido con anterioridad. Lo llaman reencarnación. Que todos hemos vivido antes en la tierra hace miles de años o en otro planeta. Dicen que lo hemos olvidado. Algunos dicen que recuerdan sus vidas pasadas.
(...) El baño de la ninfa sobre la cama. (...) Ninfas al desnudo: Grecia: y pongamos por caso toda aquella gente que vivía en aquel entonces. (...) Metempsicosis, dijo, es como los antiguos griegos lo llamaban. Ellos creían que te podía convertir en animal o en árbol, pongo por caso. Lo que llamaban ninfas, por ejemplo".
[James Joyce, Ulises, Madrid, Cátedra, 2001, págs. XC, 72-73].
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