György
Lukács (1885-1971) en Teoría
de la novela (1920), desarrolla una
idea fundamental para la posterior sociología de la literatura, la figura del
individuo problemático.
Trata de describir un cierto número de esencias atemporales, de formas que
corresponden con ciertas actitudes humanas, tomando como categoría central de
su pensamiento la de posibilidad
objetiva. Afirma, que el hombre más válido para el mundo actual es el
individuo complejo y problemático. No nos explica las transformaciones de la
sociedad cerrada a la problemática, sino el acontecer histórico de las
sociedades problemáticas. La epopeya
y la novela serían para él dos formas
diferentes de un mismo género, la épica.
Define la novela como la épica de las
civilizaciones problemáticas, es decir, de las épocas profanas, sin Dioses.
Subraya que para que exista novela debe darse una oposición entre el hombre y
el mundo, entre el individuo y la civilización. La novela es la forma
dialéctica de la épica, de la soledad en comunidad, de la esperanza sin
porvenir, de la presencia en la ausencia. Lo explica diciendo que la epopeya es
la literatura de la infancia y la juventud del hombre, la tragedia la de la
conciencia y la muerte, siendo la novela la forma literaria de su madurez.
La diferencia de la novela con respecto a la
epopeya viene dada por las diferentes concepciones histórico-filosóficas.
Mientras la primera sería la épica del tiempo de los Dioses, la segunda lo
sería del paganismo, lo que varía es la forma subjetiva en que se percibe la
realidad antes que las condiciones filosófico-objetivas, las
filosófico-subjetivas. Los individuos de las sociedades problemáticas no
perciben el mundo dependiendo de verdades sobrenaturales, ni como estructura
cerrada con significación inmutable, ni como un círculo metafísico, ni como un sitio en lo transcendental. Para
Lukács, lo que estructura la obra es la posibilidad de otro mundo, la intención
ética, la forma con que el autor
quiera explicar su utopía, aunque piense que la utopía no construye la realidad
y destruye la forma: “(...) la ruta
ha comenzado, el viaje ha terminado” intuye.
[György Lukács, Teoría de la novela, Barcelona, Edhasa, 1971, pág. 84. Explica al individuo problemático con las siguientes
palabras: “(...) El proceso que constituye la forma interna de la novela es el
viaje del individuo problemático hacia sí mismo; el camino desde la oscura
cautividad de la realidad (...) hasta el autoconocimiento claro”].
No hay comentarios:
Publicar un comentario