sábado, 23 de octubre de 2010

El Homero español

Luis de Góngora y Argote (1561-1627) se le considera el Homero español, por el amplio uso de cultismos (neologismos de origen griego o latino), siendo su meta imitar a los escritores de la antigüedad greco-latina, es decir, imitación de los géneros literarios, de los temas, el léxico, la sintaxis y las referencias mitológicas.
Fue el recopilador López de Vicuña quién así lo denominó en 1627, en Obras en verso del Homero español que recogió Juan López de Vicuña. Admirado y nombrado por Cervantes, tanto en La Galatea: "En don Luis de Góngora os ofrezco / un vivo raro ingenio sin segundo; / con sus obras me alegro y enriquezco / no sólo yo, más todo el ancho mundo"; como en El viaje del Parnaso: "En don Luis de Góngora, a quien temo / agraviar en mis cortas alabanzas / aunque las suba al grado más supremo"; encontramos a un poeta complejo pero con una amplia visión de su realidad circundante, verídica, dura y realista; en Ande yo caliente y ríase la gente de 1581, da una visión del momento en el que vive que bien puede sus inscribirse a los tiempos presentes:

Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno,
y las mañanas de invierno
naranjada y aguardiente,
y ríase la gente.


Busque muy en hora buena
el mercader nuevos soles;
yo conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a filomena
sobre el chopo de la fuente,
y ríase la gente.

Coma en dorada vajilla
el príncipe mil cuidados,
como píldoras dorados;
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente,
y ríase la gente.


Pase a media noche el mar,
y arda en amorosa llama
Leandro por ver su dama;
que yo más quiero pasar
del golfo de mi lagar
la blanca o roja corriente,
y ríase la gente.

Cuando cubra las montañas
de blanca nieve el enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del rey que rabió me cuente,
y ríase la gente.

Pues amor es tan crüel,
que de Píramo y su amada
hace tálamo una espada,
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un pastel,
y la espada sea mi diente,
y ríase la gente.

[Véase Agustín Durán, Cancionero y romancero de coplas y canciones de arte menor, letras, letrillas, romances cortos y glosas anteriores al siglo XVIII, pertenecientes a los géneros doctrinal, amatorio, jocoso, satírico, etc, Madrid, Imprenta de Eusebio Aguado, 1829, págs. 124-125].

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