viernes, 26 de febrero de 2010

GYÖRGY LUKÁCS Y EL MUNDO GRIEGO

Para Lukács en el mundo de la filosofía griega se pasa de la inmanencia absoluta de la vida en Homero, a su trascendencia en Platón; y sus estadios claramente diferenciados que desarrollan los jeroglíficos atemporales paradigmáticos de la configuración de la Epopeya, la Tragedia y la Filosofía. Para Lukács el mundo de la Epopeya responde la pregunta ¿Cómo puede hacerse esencial la vida? y sólo cuando la Tragedia responde estructuralmente la pregunta ¿cómo puede adquirir vida la esencia?, queda patente que la vida tal como es, ha perdido la inmenencia de la esencia, dice: "En el destino configurador y en el héroe que se encuentra creando, la esencia pura despierta a la vida, la mera vida se hunde al no-ser ante la única realidad verdadera de la esencia; se trata de una altura del ser más allá de la vida y llena de una floreciente plenitud (...) Tampoco esta existencia de la esencia ha nacido de la necesidad, del problema (...) el fondo problemático de la Tragedia sólo se hace visible y problemático en la Filosofía; sólo cuando toda existencia irreal se ha convertido en la realidad esencialmente única y transcendental, cuando también el destino de la Tragedia queda descubierto como capricho rudo y sin sentido del empirismo y de la pasión del héroe como unión a la tierra, su autoperfección como limitación del sujeto casual por la acción configuradora de la Filosofía, la respuesta al ser que da la Tragedia ya no aparece como evidencia, sino como milagro (...) El héroe de la Tragedia sustituye al hombre viviente de Homero, y lo explica y transfigura precisamente por el hecho de tomar de sus manos la feneciente antorcha, para encenderla con nueva iluminación". Para el pensador surge entonces un Helenismo nuevo y paradójico, la Estética se ha convertido de nuevo en Metafísica, y se puede así decir, que ya no existe ninguna totalidad específica del ser.
[György Lukács, Sociología de la Literatura, Barcelona, Península, 1989, 4ª ed., págs. 81-83].

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