Sin la Ilíada y la Odisea, fuente de inspiración de casi toda la literatura griega, latina y para gran parte de la cristiana, no puede entenderse el pensamiento occidental, tan determinado por la cultura clásica y ésta por la homérica, mientras los poemas de Hesíodo abrieron la puerta a la conciencia individual del hombre antiguo, al reconocimiento de un Derecho sancionado por la divinidad, o lo que es lo mismo, a la organización temporal y espacial, religioso e histórica del mundo.
Otro día hablaremos de su Teogonía y sobre todo, de sus Trabajos y días, donde describe el modus vivendi de sus coetáneos.
Pero hablemos de la relación de ambos poetas, y sobre todo, del Certamen de Calsis, proclamado por Ganíctor para celebrar el funeral de su padre el rey Anfidamante de Eubea, donde convocó a los juegos a todos los varones que sobresalían por su fuerza, rapidez o sabiduría. Parece ser que ambos poetas compitieron admirablemente y que Hesíodo le preguntó a Homero sobre lo esencial del hombre, y éstas son sus respuestas. Señalamos como anécdota que Hesíodo ganó el certamen ¿injustamente?
Hesíodo pregunta a Homero sobre qué es mejor para los mortales, responde:
"Primero no nacer es lo mejor para los que habitan sobre la tierra; pero si no obstante se nació, traspasar cuanto antes las puertas de Hades". Le preguntó sobre lo más hermoso del corazón humano, y Homero contestó: "Siempre que la alegría reine por todo el pueblo y los comensales escuchen en palacio al aedo sentados en orden y a su lado rebosen las mesas de pan y carnes y el escanciador sacando el vino de la crátera lo lleve y vierta en las copas. Esto me parece lo más hermoso que hay en su corazón".
Le pregunta también sobre lo mejor y lo peor para los mortales al mismo tiempo, y Homero respondió: "el mejor de los bienes consistirá en tenerse a sí mismo como medida y también el peor de todos los males". Le preguntó sobre cómo se pueden gobernar mejor las ciudades y en qué costumbres, y dijo el hijo de Meles: "Si no se desea obtener ganancias por malos medios, se honra a los buenos y la justicia se cierne sobre los injustos". Otra pregunta de Hesíodo es sobre qué es lo mejor de todo para pedir a los dioses, Homero le respondió "Ser benevolente consigo mismo siempre en todo momento". Sobre cuál es el mejor de los dones naturales, le responde "En mi opinión almas nobles en el cuerpo de los hombres", también le inquirió para qué servían la justicia y el valor, y dijo: "Para asistirnos en nuestros afanes", sobre cuál es el fin de la sabiduría humana, le respondió: "Conocer bien las circunstancias y amoldarse a la situación", y sobre en qué situación es seguro confiar en los hombres, Homero sabiamente afirmó: "Cuando un mismo peligro amenaza nuestros negocios". Hesíodo quiere saber en qué consiste la felicidad humana, para Homero: "En afligirse lo menos posible con la muerte y alegrarse muchísimo".
[Hesíodo, Obras y Fragmentos, Madrid, Gredos, 2006, págs. 307-323].
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