domingo, 22 de noviembre de 2009

ESENCIA DE LO GRIEGO PARA EL HOMBRE

Para conocer la esencia de algo es necesario reconocer que la realidad ha sido históricamente entendida de muy diversas maneras. En primer lugar como poder, ejemplos encontramos en el saber y en las religiones de las mentalidades ya desarrolladas. Otro modo de entender la realidad es como fuerza, una fuerza sui generis, la fuerza de la realidad, entendiendo que la realidad de lo real consiste en que cada cosa real es algo de suyo, y podría denominarse "nuda realidad". Con ello nació lentamente en Grecia nuestro saber. Estos tres caracteres, poder, fuerza y nuda realidad, competen a toda concepción de lo real en cualquier momento histórico, con lo que podemos afirmar que en toda aprehensión de lo real están estos tres caracteres.
Existe una antropología científica, otra filosófica y otra teológica que se ignoran entre sí y cuyo resultado es que jamás el hombre se ha convertido en algo tan problemático para sí mismo como en la actualidad. Parece ser que ahora, como en ningún otro tiempo, no tenemos una idea clara del hombre. Vemos que lo griego se interesa, concienzudamente, por lo mejor. Lo mejor del hombre, ya una vida mejor, el Estado mejor o un mundo mejor, y que según sus convicciones lo mejor se desarrolla siempre en lo divino. De donde se puede deducir que la perfección del hombre pariente de los dioses habría de consistir en sacar provecho de dicho parentesco, mediante un esfuerzo positivo de elevación y asimilación.
[Véase, José S. Lasso de la Vega, "El concepto del hombre en Grecia", en Estudios Clásicos, Tomo 22, Nº 81-82, 1978, págs. 111-134; Xavier Zubiri, Sobre la esencia, Madrid, Alianza Editorial, 1985, págs. 510-511].

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