domingo, 31 de octubre de 2010

Petrarca y Homero


Durante el Renacimiento los eruditos y artistas se preocuparon por el mantenimiento y la protección del ideario de la Antigüedad y de los mitos transmitidos. Petrarca ordenó la primera traducción de Homero al latín, que Leoncio Pilatos se encargó de realizar en 1396. Mientras que fue en Florencia en 1488 donde se realizó la primera impresión de los textos homéricos, que fueron publicados por Demetrios Chalkondyles. De este modo se conjuró para siempre el peligro de olvidar las raíces occidentales, la cultura propia. Antes, en 1470 se había traducido al latín el libro de Estrabón, Geografía, y provocó una confusión con respecto a Troya. El mundo erudito creía que la fortaleza de Príamo era una utopía, y en consecuencia era vana su búsqueda, y se discutió sin ningún resultado sobre la localización geográfico de la mítica fortaleza.
[Véase, Michael Siebler, La guerra de Troya. Mito y realidad, Barcelona, Ariel, 2005, págs. 50-51].

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