El mito de Perseo es complejo, desde el punto de vista de que juega con la noción de perspectiva y profundidad de la trama. Cuando tiene que dar muerte a Medusa pide consejo a Atenea que primero le lleva a Dicterión, en Samos, donde están expuestas una imágenes de las Gorgonas, para que así pueda distinguir a Medusa de sus dos hermanas. Atenea también le enseña a no mirarla de frente, sino sólo su reflejo, en el escudo extremadamente pulido que le entrega. De Hermes obtiene Perseo una hoz diamantina, más conectada a la siega que a la guerra. Llevará a cabo su tarea, aunque también necesite unas sandalias aladas, como las de Hermes, para volar velozmente. Una alforja, donde meter la cabeza cortada; y el negro casco de la invisibilidad que pertenece a Hades. Para conseguirlos tiene que hacer un viaje al Inframundo, donde se encuentran las ninfas estigias a cargo de éstos artículos. Primero visita a las tres Greas, hermanas de las Gorgonas, que son las únicas que conocen el paradero de las ninfas, a las que tiene que engañar para que lo orienten. Una vez que localiza a Medusa, anda Perseo hacia atrás y sostienen el escudo pulido para atrapar su imagen, de ese modo no tiene que mirarla directamente y la decapita con la hoz diamantina.
Con respecto a Andrómeda, desnuda y encadenada se encuentra en un acantilado como sacrificio a un monstruo marino que estaba devastando el reino de su padre. Su salvación es la parte órfica de la historia de Perseo. El monstruo marino está conectado a Medusa a través de Poseidón, sin embargo, esta vez no es Perseo el que mira el reflejo del monstruo, sino que le distrae con la imagen de Perseo reflejada en el agua, permitiéndole a él bajar volando y decapitarlo.
Algunas conclusiones podemos sacar del inconsciente que se enfrenta a las imágenes, en que nos imagina, es tan importante como el modo en que nosotros imaginamos.
El retrato de Doré es de gran belleza. [Véase Patrick Harpur, Realidad Daimónica, Girona, Atalanta, 2007, págs. 403-408].
No hay comentarios:
Publicar un comentario