sábado, 17 de febrero de 2018

La causa última del fin del Imperio Español




"El Imperio Español fue una de las épocas, tres siglos, más creadoras y la más pacífica que el continente (americano) ha conocido. (...) Su fin ha de buscarse en las raíces del mal, en el carácter de los españoles. (...) El gigantesco tamaño del Imperio hacían muy difícil la defensa militar y la organización política y casi imposible la constitución de una autoridad central.
(...) Sin contacto suficiente con el Consejo de las Indias, el Virrey, la Audiencia, el Arzobispo, el Corregidor, el fraile y el clérigo, así como el hacendado o vecino, todos perdían el sentido de su dependencia para con la autoridad suprema y daban rienda libre a la tendencia de todo español a obrar por cuenta propia y sin parar mientes en la ley: (...) anarquía (...) su efecto práctico final dependía tan sólo del vecino o del magistrado sobre el que recaía la última decisión, y que la distancia hacía omnipotente. Sucede que la anarquía es el estado natural del español. 
(...) De modo que mientras la distancia actuaba como causa pasiva de anarquía, debilitando el efecto local del espíritu de autoridad que de España emanaba, el vigor individualista del español de las Indias actuaba en idéntico sentido con fuerza activa, dando nueva forma y dirección al impulso de la autoridad para desviarlo en provecho propio, con lo cual se multiplicaba la anarquía general. (...) la tendencia a la anarquía, a la indisciplina, a los intereses personales y al libre ejercicio del poder individual emanaba de los españoles".
[Véase, Salvador de Madariaga, El auge y el ocaso del Imperio español en América, Madrid, Espasa-Calpe,  1979, págs. 286-290. Cursivas del autor].